Adios, adios, adios...

Queridos amigos:

Después de los exámenes de septiembre algunos de 2º de bachillerato os despedís del colegio... Permitidme que os vuelva a decir lo mismo que en el mes de mayo, cuando celebrábamos el acto de graduación:

En primer lugar te invito a dar GRACIAS. ¡Cuánto has recibido hasta este momento de tu vida! De tu familia, de tu colegio (o colegios), de tus amigos,... Déjame que te recuerde que tienes un Padre-Dios que te ha bendecido abundantemente a través de todas esas "causas segundas".

También te pido que seas capaz de PERDONAR. Muchas veces pienso en la cantidad de veces que meto la pata con los que sois mis alumnos. En unas ocasiones por acción y en otras por omisión... Seguro que en los años que has pasado en Infantes (dos, tres,... quince, los que sean...), ha habido muchas carencias por parte de los que formamos esta gran familia que es un colegio... Pues perdona, como a ti te perdona tu Padre.

Por último, ADELANTE. Empiezas una nueva etapa en la Universidad o en otros estudios de tipo superior. No va a ser el ambiente resguardado del Colegio, ni en el plano académico, ni en el plano religioso, ni en otros muchos aspectos. Por eso hace falta que avives el fuego que llevas dentro: la alegría, la ilusión, la fe. Todo lo que has recibido, tienes que mantenerlo, acrecentarlo y comunicarlo a otras personas.
No dejes de acercarte a Jesucristo por medio de la oración, de la confesión y de la Eucaristía. No te olvides de que tienes una MADRE, la Virgen María Nuestra Señora de los Infantes que quiere darte la mano (como hace en el cuadro con el pequeño Silíceo).

Aunque te digan que todas esas cosas no son importantes, aunque puedas cometer errores, aunque... sigue adelante por el camino de la fe y del amor, siendo persona, buena persona, buena persona cristiana.

Y aquí, en Toledo, tienes tu Colegio, el Colegio de Nuestra Señora de los Infantes. Ha sido y es tu casa. Hasta siempre.