Nuestra Señora de los Infantes

Ayer era colocado el retablo con el cuadro de Nuestra Señora de los Infantes en la iglesia parroquial de san Julián.
Es un motivo de alegría. En el antiguo colegio se estaba deteriorando, y estaba "escondido". Ahora podremos rezar delante de esta imagen de la Virgen María todos los miembros de la familia del colegio.

Os invito a un paseo por la iglesia de san Julián...


Los cuadros e imágenes religiosas tienen la misión de ayudarnos a rezar y a contemplar los misterios de la vida de Cristo y la acción de su Gracia en los santos.

En la parroquia de san Julián contemplamos en primer lugar la imagen de Jesucristo Resucitado, el centro de nuestra fe. A su lado, la Virgen Madre y san Julián de Toledo, patrono de nuestra comunidad.

En la Capilla del Santísimo (el lugar más importante por contener la Presencia Real del Señor), junto al Sagrario está la imagen del Crucificado, que como la de los Confesionarios nos habla de su Amor y de su Entrega por nuestra Salvación.

La imagen de María Milagrosa - también en la Capilla- nos recuerda la labor de las Hijas de la Caridad en nuestro barrio, a través del colegio Tavera y de los Hogares Marillac.

Junto a la Pila Bautismal encontramos un cuadro de san Juan Bautista, procedente de la ermita de san Antón, el otro templo de nuestra parroquia, tan querido por todos.

Ahora se suman estos tres cuadros:

Nuestra Señora de los Infantes, retablo del antiguo colegio, que ahora nos cede generosamente el Cabildo de la Catedral, por la estrecha vinculación que hay entre el colegio y la parroquia.
Mandado pintar por el Cardenal Juan Martínez de Silíceo, representa como "siendo niño de edad de dos años y medio, yendo su madre a lavar los paños, le dejó encomendado a unas vecinas: ellas se descuidaron, y el niño se entró en el corral de su casa, donde cayó en un pozo que había sin brocal. Viniendo la madre, le sacó como pudo, medio muerto, y le puso en la iglesia, delante del altar de nuestra Señora, suplicando a la Virgen por la vida y salud del niño, el cual revivió, y volvió en sí, y señalaba que una Señora le había sustentado estando en el pozo".

El cuadro de Jesús de la Divina Misericordia, en el camino hacia los confesionarios, nos invita a la Confianza en nuestro Padre Dios.

Y también procede de la ermita el cuadro de San Francisco de Asís, modelo para todos los creyentes de pobreza y alegría en la imitación de Jesús.