Señor,
creo que Tú me amas,
porque nunca dejas
de llamar a la puerta
de mi corazón
y continuamente
me das nuevas gracias,
a pesar de que he desperdiciado
las que he recibido.
Reconozco mi nada espiritual,
representada en la imagen
del Mar Muerto.
Sin embargo,
espero todo de Ti.
Extiendo mis manos al cielo
y espero la lluvia de tus gracias,
que hará que el mar muerto
de mi alma reviva,
realizándose así el milagro
de la apertura de mi corazón
a tu gracia.
creo que Tú me amas,
porque nunca dejas
de llamar a la puerta
de mi corazón
y continuamente
me das nuevas gracias,
a pesar de que he desperdiciado
las que he recibido.
Reconozco mi nada espiritual,
representada en la imagen
del Mar Muerto.
Sin embargo,
espero todo de Ti.
Extiendo mis manos al cielo
y espero la lluvia de tus gracias,
que hará que el mar muerto
de mi alma reviva,
realizándose así el milagro
de la apertura de mi corazón
a tu gracia.
(Del libro "Estoy a tu puerta y llamo", de Slawomir Biela)
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